Y ese run run run

se convirtió en mi momento preferido

Hace unos meses, me di cuenta de algo horrible que se repetía cada noche.

Llevaba a la cama a mi hijo, le leía un cuento y empezaba esa espera interminable para que cerrara los ojos y se durmiese.

Mientras tanto, en mi cabeza me venía la inercia de coger el mvl y escribir un whatsapp a mi amiga, mirar en la web un producto que tenía pendiente de comprar, una idea para contenido que quería apuntar en la libreta.

Y toma run run y run run. Y así, unos de los momentos más mágicos y especiales, se convertía en una tortura. Él ahí, con los ojos como platos mirándome, mientras yo pensaba en toda esa “mierda” con perdón.

¿y qué pasó?

Pues que un día me dije ¿te estás dando cuenta? ¿eres idiota?

Joder, tienes un niño sano, precioso, que te quiere como nadie, con sus 3 añitos que vuelan…a tu lado, relajado, calentito...y lo único que piensas es en que se duerma de una vez para poder salir del cuarto y escribir un mensaje a tu amiga antes de que se te olvide..? en serio Laura?

Pues eso, el día que pensé un poco más fríamente esta situación, me dio pánico.

Me imaginé que ya no estaba ahí, me imaginé que ya no podía coger esa manita calentita, que ya no me echaba su aliento.

Me imaginaba yo, con 70 años (ojalá llegar ahí) y que él ya no estaba a mi lado y ...pff qué panzá de llorar. Ya no solo de imaginarme esto, si no de pensar, que no estaba valorando ese momento tan tan tan maravilloso.

Ahora se ha convertido en uno de mis momentos preferidos del día, cuanto más tarda en dormirse mejor.

Lo cojo de la mano, lo abrazo, le digo lo valiente, bueno, simpático que es...dejo que se duerma arropado en mi, pienso en un futuro sin él y de verdad que el tiempo se me congela.

Esto no solo vale para los ratitos con tu hijo, pon aquí la persona “x” que te venga a la cabeza, o tu perro, o tu gato.

Disfruta mucho mucho del momento, quizá mañana es demasiado tarde.

Un abrazo,

Laura